sábado, 20 de agosto de 2011

Cuando ya no importe

Hace una quincena o un mes que mi mujer de ahora eligió vivir en otro país.

No hubo reproches ni quejas. Ella es dueña de su estómago y de su vagina.

Como no comprenderla si ambos compartimos, casi exclusivamente, el hambre.

(Juan Carlos Onetti)


Compartimos eso que ahora me hace bendecirla donde quiera que ella esté, eso que me hace maldecirla por esta misma razón... cómo reprocharle por algo que tampoco fui capaz de perdonar ...

Hace una quincena o más de un mes que esta mujer se marchó y ahora como lo ha sido siempre ella es dueña de su estómago y de cada una de sus cavidades que algunas me vez me sostuvieron, me acogieron, me alimentaron, me cobijaron,,,,

Ahora y aunque es ya tarde soy capaz de pensarla en cada una de sus trivialidades, de sus complejas manifestaciones de desamor, de sus "que estúpida soy". Cómo reprocharle si fui yo la que finalmente la abandonó al dejarla abandonarme.

Hace una quincena o ya hace un año que mi mujer de ayer se fue...
recuerdo ahora y me arrepiento de cómo sin violencia la dejé ir...

Compartimos todo y nada y esto no nos hizo mejores amantes ni mejores amigos, compartimos la angustia de la despedida desde conocernos, esto nos hizo solo un poco más sarcásticos el uno con el otro; el hambre solo fue una porción del dolor venidero, de la angustia de la partida, de mostrarme su vida cual libro abierto, de abandonarme desde el momento en que me empezó a amar; de mis secretos, de mi vida escondida, paralela y falsa...

compartimos nada

Y yo acá lleno de recuerdos infantiles de su vida que era una performance o un cuento o un cuento/performance como ella lo llamaba, yo acá poblado, inundado, extasiado, casi asfixiado de sus recuerdos y ella sola y libre de los mios.

No compartimos nada y hasta este hambre es inventado...